Accountability: concepto faltante en nuestra lengua

Probablemente alguno de los lectores conoce el curioso hecho de que los esquimales tienen más de 10 palabras para describir distintos tonos de blanco. Además, acabo de comprobar que en noruego, danés y sueco la palabra hielo se escribe con sólo dos caracteres y la palabra nieve, con tres.

Parece que, en cada idioma, los hablantes tienden a generar palabras para sus realidades cotidianas, y a hacer estas más cortas cuanto más frecuentes son. Un poco de «investigación» me ha llevado a conocer que esta intuición está comprobada y formalizada desde los años 30, cuando el lingüista de Harvard George Kingsley Zipf estudió la frecuencia y longitud de las palabras en inglés. Aproximadamente 20 años después, el doctorando de MIT David A. Huffman aplicaría este principio a los sistemas digitales, proponiendo que por ejemplo cuando vemos un partido de fútbol por internet, el color verde, por ser el más abundante en la pantalla, se represente* con la secuencia de símbolos más corta.

Volviendo a la realidad mundana, después de un año vivido en EEUU, me han llamado la atención algunas cosas del lenguaje empleado aquí, y que posiblemente vienen inducidas por la idiosincrasia de esta sociedad. En America  la gente no tiene un patrimonio de equis millones de dólares, sino que vale (worth) equis millones. Aquí se pregunta ¿a qué te dedicas? en menos caracteres que ¿cómo te llamas? y, a menudo, antes. Esto nos pinta una sociedad muy materialista para los estándares españoles, y muy posiblemente sea cierto.

Sin embargo, hay otras cosas no menos interesantes: al menos entre mis compañeros nativos, de quienes presumo un conocimiento de palabras por encima de la media, no han sido capaz de decirme como se enchufa a alguien en un trabajo aquí en una palabra (sin embargo aprendí que en Colombia usan palanca). En los exámenes no se copia, sino que se hacen trampas (cheat), lo que aporta una carga semántica de cosa mal hecha que resulta reveladora.

También hay al menos una palabra que existe en inglés y de cuya carencia adolecemos terriblemente en España. El término es accountability  y está relacionado el deber de los líderes de dar explicaciones a sus ciudadanos para eventualmente depurar responsabilidades. Cierto que hasta cierto punto podríamos traducirlo por responsabilidad pero dado que aquí también tienen esa palabra (responsibility) y otra  más dedicada a la responsabilidad civil y financiera (liability), siento que este tema los anglosajones son los esquimales.

El otro día tuve la oportunidad de compartir charla durante algunas horas con quien posiblemente sea el político español que  más prestigio internacional ha conseguido. Me llamó la atención que, pese a su condición actual de profesor de escuela de negocios, accountability, fue el único anglicismo que le oí utilizar. Y me quedé pensando que carecíamos del término. Hoy, al abrir las noticias, me he terminado de convencer de que carecemos también del concepto:


Caja España prohibió dar ofertas por escrito sobre las preferentes
El director Comercial dijo que no se facilitara información por correo o e-mail

Resulta que en este caso, al conocerlo de cerca (se fusionó con la caja de mi ciudad), puedo hablar de forma informada sobre las «consecuencias» sufridas por quienes perpetraron semejante tropelía. El resultado de la gestión realizada durante años fue el terminar necesitando 700 millones del FROB a sumar la cifra de preferentes colocadas a incautos de forma fraudulenta. Sobre los trabajadores, se podría decir que ha caído su cuota responsabilidad con creces: 1500 despidos y 260 oficinas cerradas.

En las altas esferas el accountability funcionó de otra manera: Caja España tenia 160 consejeros, Caja Duero 120. La salomónica decisión fue que la nueva entidad tuviera 320, nombrando Caja Duero 40 nuevos consejeros. Como puede resultar increíble, lo confirmo, según la propia web de la entidad.

¿Qué pasa si subimos más arriba en la cadena alimenticia? Los responsables de Caja Duero han sido siempre nombrados por el Ayuntamiento de Salamanca. La nueva entidad está 100% controlada por la junta de Castilla y León. Aquí es donde más me duele, porque demuestra que somos los ciudadanos los que no manejamos el concepto de accountability. El PP volvió a ganar el Ayuntamiento, el antiguo alcalde fue elegido Senador (sí, con esas listas abiertas que algunos ilusos aún creemos que solucionarán algo), el Presidente de la Junta renovó su cargo y todo apunta a que lo volvería a hacer si hoy se convocasen elecciones.

Me temo que, además de una palabra para definir la responsabilidad de los líderes hacia sus ciudadanos, vamos a necesitar más de 10 nuevos términos para distinguir niveles de negro, de lo oscuro que va a ser el futuro si no hay un cambio radical.

Por último, no me resisto a poner el meme de moda sobre extranjerismos:

dimitir no es un nombre ruso

no cabe en un tuit

(*) Si eres estudiante de Teleco o similar, no se te ocurra poner ese ejemplo a tu profesor de Televisión Digital, la transmisión de video es un proceso bastante complejo en los que a los bits se les hace un montón de perrerías (DCT/FFT, codificación tolerante a errores…) El ejemplo del verde en el campo de fútbol es el más sencillo que he podido encontrar para aquellos que no conocen la Teoría de la Información y rezan a Shannon cada noche.

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