«Ingeniería» fiscal vs Ingeniería «de verdad»

Esta vez me voy a despachar con poquito más de 140…Ya era hora!

Simplemente quería compartir con los lectores un monólogo de la película Margin Call. Para contextualizar, la película trata del último día de Lehman Bothers (LB) y arranca con un joven quant llega a la conclusión de que LB va a la quiebra directamente (quants es el término que se usa en  Wall Street para los quantitative analysts, que vienen a ser hackers de las finanzas, gente capaz de diseñar modelos matemáticos para ganar en bolsa y hacerlos funcionar sobre la marcha).

La película en sí, pues bueno, no pasará a la historia (aunque no deja de ser interesante para conocer algo más del funcionamiento de los mercados), pero este monólogo se me quedó grabado, y supongo que algo especial debe tener. Se sitúa casi ya al final de la peli, y uno de estos cerebros de bolsa, una vez han hecho todo lo posible por salvar los muebles durante la noche, y antes de la apertura de la sesión, se sincera a un colega:

Para el que no se domine en inglés, reproduzco aquí una traducción al castellano de la escena (extraída de aquí)

–   ¿Sabes que una vez construí un puente?
–     ¿Cómo dices?
–    Un puente. Yo era ingeniero. El puente va desde Dilles Bottom en Ohio hasta Moundsville en Virginia. Se eleva 280 m sobre el Río Ohio. Lo usan 12.100 personas cada día y supone un ahorro de 57 km para ir de Wheeling a New Martinsville y al revés. Es un ahorro combinado de 1.363.000 km al día, o de 40.890.000 km al mes, 890.680.000 km al año de ahorro.
En fin, yo terminé el proyecto en el 86, hace ahora 22 años. Desde entonces, han sido 10.911.440.232 km los que no se han tenido que conducir. ¿A cuánto? ¿digamos a 80 km/h? Eso es ¿cuánto?… 136.393.003 horas o 5.683.042 días. O sea, ese puente ha hecho posible que la gente de allá no haya tenido que perder 15.570 años de sus vidas metidos en un puto [sic] coche, ¡15.570 años!

Recientemente, he podido comprobar de cerca como muchos de los más brillantes graduados  de ingeniería del mundo se van a Wall Street, porque reciben mayor remuneración y reconocimiento que haciendo nuevos y mejores puentes, teléfonos, o coches.

Podría ahora reflexionar largo y tendido sobre si no debe haber algo muy estropeado en la sociedad para que los mejores talentos se dediquen a profesionalizar un casino en lugar de curar enfermedades, evitar el cambio climático, o solucionar las necesidades energéticas y de movilidad de una población mundial creciente. Pero se lo voy  a dejar al lector, por esta vez.

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2 respuestas a «Ingeniería» fiscal vs Ingeniería «de verdad»

  1. minosabe dijo:

    He descubierto este blog por casualidad en el mnm. Te voy a agregar a mi blogroll en http://www.ecolnomia.wordpress.com, con tu permiso, claro.

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